La palabra sanar, para mi gusto, esta desgastada, prostituida, y demeritada, por la idea errónea que se tiene del ser “sanado”. Asumimos que asistiendo a terapia de cualquier índole, esta nos sanará y listo. Nos venden la idea de que existen polvos mágicos, palabras mágicas, sesiones mágicas que erradicara los padeceres así como la tecnología nos vendió la idea de que todo es desechable y no pasa nada, sin embargo esto no ocurre así. El alma herida, necesita ser vista.
Desde mi experiencia personal y estoy segura de que los que han llevado un proceso personal profundo y respetuoso, no me dejaran mentir, la sanación ocurre cuando decidimos tomarnos de la mano y decimos…. “me hago absolutamente responsable de mi misma” y no nada más en el sentido alimenticio, económico, sino también en el sentido emocional.
Vamos por la vida reaccionado en lugar de responder ¿entiendes la diferencia?...reaccionar es el impulso inconsciente ante un estímulo, por lo tanto responder asume el trabajo interior de sentir, pensar y elaborar una respuesta ante una situación particular.
Recorremos caminos, terapias, grupos, experiencias queriendo encontrar respuestas, sin aceptar el silencio como una de ellas, vivimos en el capricho de decir que si entendiéramos “x o y” situación, esto sería suficiente, pero aun después de descubrirlo, sigue sin bastar, en esta etapa de mi vida he entendido que hay preguntas sin respuestas, pero esas mismas preguntas nos abren caminos que no conocíamos, para reformular la pregunta nuevamente desde otra perspectiva.
En mi experiencia personal yo era una mujer deprimida desde hace muchos años asumiendo mi rol como mujer deprimida, dañando mi cuerpo con medicamentos, y miles etcéteras, luchando contra eso, intentando cambiar, intentando entender lo que me pasaba, enredada en el drama de las carencias afectivas en mi vida, de la necesidad, asumiendo roles defensivos que me hacían sentir más y más dolor, desando todas las mañanas no seguir en este plano, me esforzaba deberás, pero siempre volvía al mismo lugar.
Llegue al punto en que dije con resignación sostenida “así nací y nunca va a cambiar” porque quería encontrar las respuestas de mis porqués, basada en los otros. ¿Qué me hicieron, que me pasó, que sucedió para que yo este así? El parto traumático que tuve, la experiencia a los 6 años que tuve, la falta de apapachos, etcétera por mil. Sí bien en el proceso fue necesario entender mi historia para construirme a partir de eso, también fue importante no darle tantas vueltas, si lo veo desde arriba me sirvo construir un rompecabezas de mi vida, con información de mi árbol genealógico para entender patrones aprendidos, repetido y lealtades familiares inconscientes.
Probé con terapia psicológica, constelaciones familiares, reiki, yoga, psicología de la alimentación, un curso de milagros, meditación, que sin duda son herramientas poderosas, que si bien te llena de información sobre ti, te centran y te conectan contigo misma, por ejemplo la psicología de la alimentación me ayudo a entender que lo que como importo no por estar bien físicamente, si no porque los alimentos llevan información a mis células, y esa energía se convierte en pensamientos, el reiki me enseñó a cuidarme energéticamente y limpiarme, las constelaciones familiares me hicieron verme desde otro punto de vida, y ver a todos mis ancestros para entender más allá de lo que mis ojos veían, la meditación me ayudo a ser y estar, el curso de milagros me ayudo a darme cuenta que existen dos leyes por la que nos guiamos la ley del miedo y la ley del amor, a creer en los milagros y entender las respuestas universales, y el yoga a desenmarañar mis memorias corporales para sospechar que faltaban piezas en mi rompecabezas personal, pero si hay una falta de ti, vueles al punto de inicio, porque cuando ni siquiera tienes tus cimientos personales firmes, esa identidad y conexión personal suele ser un engaño del ego diciéndote que sientes “bienestar” porque ya descubriste que la tatarabuela fue abusada por el machismo, y no digo que no te den un bienestar real pero no es suficiente tener información, la magia surge cuando en vez de preguntar ¿porque¿ empiezas a restructurar los ¿para que? de esas historias.
Al ego me refiero con esas ideas erróneas sobre ti misma…
El ego no eres tú, es una falsa identidad que has creado con tus creencias limitantes, los pensamientos faltos e incluso las ideas heredadas, con impresiones adquiridas por experiencias de tu vida.
Es esa voz interna que te sigue cuestionando tu capacidad, tu deseo, tu miedo, y te sigue frenando, esa identidad que te hace decir “Hey, pobre de ti, los demás tienen la culpa”, porque te violaron, porque te abandonaron, porque te rechazaron, y entre el juego de empobrecernos, jamás llegamos a sentirnos ganones en el camino.
Sanar al inicio no es nada parecido a un masaje relajante, no es anestesiar el dolor, sanar, es… afrontar el dolor y aceptarlo como maestro, enfrentarte a tu realidad, mirarte a ti mismo a los ojos y aceptar, que es lo que está pasando contigo, aceptar que definitivamente no te quieres lo suficiente para hacerte valer y respetarte, pero que hoy es una excelente oportunidad para cambiar eso, es agarrar de la mano a tu niño con carencias y decirle : “a partir de hoy te tomo de la mano y te cuido, porque el amor que no te dieron cuando eras niño, me corresponde a mi dártelo, sanar es una vida de constancia, voluntad y disciplina, y de responsabilidad personal, en agarrarte de ti, y decidir alejarte de lo que te daña, te desgasta y asumes como destino. Sanar es dejar de decirte, loco, enfermo, miedoso, incapaz, nervioso, y absorber internamente tus cualidades, valiente, capaz, maravilloso, alegre, ocurrente.
Es agradecerle a tus padres que te dieron la vida y dejar de culparlos por tus traumas, porque tú madre ya hizo suficiente con darte la vida y cuidarte para que siguieras vivo el resto de los años que le siguen, hasta convertirte en un adulto.
Es darte cuenta que el simple hecho de que tú nacieras es un regalo y no una desdicha que te tocaran los padres que te tocaron. Aprende de ellos, de sus patrones, de sus conductas, de sus situaciones personales, tómalos como tus mayores benditos espejos y cámbialo, cambia la historia, mejórate, no porque ellos estén mal, sino porque tú deseas algo diferente para tu vida.
Asume que tienes todas las herramientas para cuidarte, amarte y respetarte, y dejar a la niña en su lugar para convertirte en un adulto metafóricamente hablando, porque puede que seas independiente y tengas 40 años pero “reaccionando” como niño cada que tocan la fibra de tu herida.
Es por una vez en tu vida, decir… “no soy responsable de lo que los demás hacen, dicen o piensan pero soy responsable de lo que como respondo ante eso, y así de simple como por arte de magia, la vida brilla, la vida cambia, la vida se vuelve un lugar lleno de milagros maravillosos y tu un ser pleno con agradecimiento por todo lo que te toca vivir, no quiere decir que a la semana siguiente no vayas a reaccionar como acostumbras, sanar un camino paciente y bondadoso, un proceso de asimilación, pero saber que si reaccionas así, tienes la oportunidad de respirar y entender, que el proceso es tuyo, que los otros no tiene la culpa de nada, que los otros tienen su proceso, más despiertos, mas dormidos, más o menos, como sea, es adjudicar en tu vida la idea de que cada vivencia, de dolor, o bienestar, nos viene a enseñar algo para seguir evolucionando, y que no necesitas ser “algo, alguien o hacer algo específico que no nazca de tu alma para que te quieren, acepten y respeten, porque por el simple hecho de nacer, ya lo mereces”. DATELO TÚ.
Con todo mi cariño, Eunice.